Vale, a mi también se me pone un poco la carne de gallina cuando oigo eso de “fermentado”, ¿qué pasa? ¿qué quieres que como algo “pocho”? No, en serio, si lo pienso no me apetece NADA poner en mi plato verduras que conocieron tiempos mejores ¿o no?
Pues no, las verduras lactofermentadas no conocieron tiempos mejores, están en su mejor momento vital, llenas de animalitos que nos van a ayudar un montón en nuestras digestiones y en nuestra vida, porque la tripa es el segundo cerebro (¿o era el primero?) y necesita millones de esas bacterias que se generan con la fermentación de los alimentos, así que anímate a probarlas.
Hay artículos muy interesantes sobre la lactofermentación, como este, que explica como se multiplican las propiedades de las verduras o este otro, que nos da todas las pistas sobre los alimentos lactofermentados, por lo que no os voy a aburrir mucho con los beneficios de este proceso, sólo quedaos con que se multiplican los probióticos y, por lo tanto, son estupendos para nuestros intestinos (Recuerda: otro cerebro).
Así que vamos a meternos en materia, para ver cómo podemos añadir esos millones de bichitos buenos en nuestros cuerpos: todos conocemos el chucrut (aunque muchos no lo hubiésemos probado hasta hace bien poco), pero si eres tan reacio a la col como una servidora, te propongo que empieces con versiones más fáciles y novedosas del lactofermento:
Hierbas lactofermentadas para aderezar
Ingredientes
Hierbas aromáticas a tu elección (yo me decanto por el apio, pero también lo puedes hacer co perejil, cebollino, albahaca o incluso la propia lechuga)
Sal (aproximadamente el 2% del peso de las hierbas)
Elaboración (¿¿¿Podía ser más fácil???)
Picamos muy fino las hierbas y las vamos introduciendo en finas capas en un bote, alternando con pequeñas cantidades de sal, de modo que nos vaya quedando una capa de cada ingrediente, se aplasta bien, para que las hierbas saquen su jugo y se deja reposar durante varios días (podemos ir probando para saber cuándo está al gusto). Esta maravilla se puede utilizar para aliñar ensaladas, sopas, purés, pescados, verduras…
Si lo que quieres es una no tan complicada receta de Chucrut casero, no dejes de visitar El Invitado de Invierno, un blog del que cada día me manifiesto más fan.
Pero si aún sigues dudando de tus habilidades fermentadoras, no te apures, siempre puedes probar con las de bote, que las venden Bio: